El fraude fiscal y la economía sumergida representan un desafío constante para los organismos tributarios de cualquier país. En España, la Agencia Tributaria está redoblando sus esfuerzos para combatir estas prácticas, con especial atención en los autónomos, un colectivo que, por la naturaleza de su actividad, tiene mayor flexibilidad en la recepción de pagos y, por ende, mayor riesgo de operar al margen del control fiscal.

Los cobros en negro, ya sea en efectivo o a través de aplicaciones de pago como Bizum, se han convertido en una preocupación creciente para Hacienda. Este tipo de transacciones, al no declararse formalmente, evaden impuestos y socavan la recaudación fiscal del Estado. Para frenar estas prácticas, la Agencia Tributaria ha diseñado un conjunto de estrategias que buscan incrementar la vigilancia y el control sobre las actividades económicas de este colectivo.

Los autónomos suelen estar en el punto de mira de Hacienda debido a la flexibilidad con la que pueden manejar sus ingresos. En muchos casos, algunos trabajadores por cuenta propia optan por no declarar ciertos cobros, ya sea para ahorrar en el pago de impuestos o para ofrecer precios más competitivos. Al no emitir factura, no incluyen el IVA correspondiente, lo que puede resultar en servicios o productos más baratos para sus clientes. Este tipo de prácticas, aunque atractivas para algunos consumidores, afecta de manera negativa al sistema tributario y genera una competencia desleal hacia aquellos autónomos que cumplen con todas sus obligaciones fiscales.

Entre las formas más comunes de recibir pagos en negro se encuentran:

  • Cobros en efectivo: Estos son difíciles de rastrear, especialmente cuando no se registran en las cuentas oficiales del autónomo.
  • Pagos por aplicaciones como Bizum o Paypal: Aunque estas plataformas dejan rastro, algunos autónomos utilizan múltiples cuentas o estrategias para disimular los ingresos reales.

Estas tácticas no solo generan pérdidas significativas en la recaudación de impuestos, sino que también exponen a los autónomos a sanciones severas si son descubiertos por Hacienda.

Para frenar el problema de los pagos en negro y aumentar la transparencia en las operaciones económicas, Hacienda está implementando nuevas estrategias de control y supervisión. Estas medidas buscan cerrar las brechas que permiten a ciertos autónomos operar al margen de la ley. Entre las más destacadas se encuentran:

Hasta ahora, las entidades bancarias estaban obligadas a remitir a Hacienda un informe anual sobre los movimientos realizados en las cuentas de sus clientes. Sin embargo, con la nueva normativa, esta periodicidad se reducirá a informes mensuales. Esto permitirá a la Agencia Tributaria tener un control más exhaustivo y actualizado de los ingresos que los autónomos reciben a través de diferentes medios, como:

  • Tarjetas de crédito y débito.
  • TPVs y datáfonos.
  • Aplicaciones de pago móvil como Bizum, Paypal o similares.

La periodicidad mensual facilitará la detección de posibles discrepancias entre los ingresos declarados y los ingresos reales. Si un autónomo, por ejemplo, reporta a Hacienda un ingreso mensual que no coincide con las transacciones registradas en sus cuentas bancarias, esto podría activar una señal de alerta para una inspección más detallada.

Otro frente en el que Hacienda centrará sus esfuerzos es el uso de tarjetas prepago y virtuales, un método de pago que ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente en las compras por internet. Estas tarjetas, al no estar directamente vinculadas a una cuenta bancaria tradicional, pueden ser utilizadas para realizar transacciones sin dejar un rastro claro.

Hacienda ha identificado que las tarjetas prepago son frecuentemente empleadas para mover dinero de forma opaca, especialmente en compras de alto importe. Aunque el borrador de la normativa aún no detalla el límite exacto a partir del cual se exigirá información, el objetivo es claro: aumentar la transparencia en este tipo de operaciones y minimizar el uso de estos instrumentos como herramientas para evadir impuestos.

La nueva normativa no solo afecta a las entidades bancarias nacionales. También se extiende a los bancos con sede en otros países que operan en España, los cuales estarán obligados a proporcionar datos detallados sobre las transacciones de sus clientes. Esto busca evitar que algunos autónomos utilicen cuentas bancarias en el extranjero como una vía para ocultar ingresos.

La implementación de estas medidas supone un cambio significativo en la relación entre los autónomos y la Agencia Tributaria. Para aquellos que han operado dentro de la legalidad, estas nuevas obligaciones no deberían representar un problema. Sin embargo, para quienes han dependido de prácticas como los cobros en negro, estas acciones podrían suponer un riesgo elevado de ser detectados y sancionados.

Algunos de los efectos más destacados incluyen:

  • Aumento de la transparencia: Con informes mensuales más detallados, será mucho más difícil para los autónomos ocultar ingresos no declarados.
  • Mayor burocracia para bancos y autónomos: Las entidades bancarias deberán ajustar sus sistemas para cumplir con las nuevas exigencias de Hacienda, lo que podría derivar en un mayor control y más documentación requerida para los clientes.
  • Posibles sanciones: Los autónomos que sean detectados realizando operaciones en negro podrían enfrentarse a multas significativas, además de tener que regularizar los impuestos no pagados.

En los últimos años, Bizum ha ganado popularidad como una de las herramientas de pago más prácticas y rápidas en España. Su facilidad de uso y su inmediatez lo han convertido en un canal habitual para transacciones tanto personales como profesionales. Sin embargo, este auge también ha puesto a Bizum en el radar de Hacienda.

A pesar de que todas las operaciones realizadas a través de Bizum dejan un rastro bancario, algunos autónomos han intentado utilizar esta plataforma como una forma de recibir pagos en negro, especialmente cuando las transacciones no superan ciertos importes. La estrategia de Hacienda consiste en supervisar más de cerca estas operaciones para garantizar que se declaren correctamente.