Raymond Chandler, reconocido autor estadounidense de novela negra, expresó alguna vez que trabajar por cuenta propia es «la alternativa de los audaces». Aunque en ocasiones convertirse en autónomo surge como una necesidad ante las circunstancias, para muchos es una decisión deliberada, casi un acto de rebeldía. Es un camino que eligen quienes valoran la independencia profesional, el control de su propio destino o, simplemente, porque encuentran en el emprendimiento la manera de convertir su pasión en una forma de vida.

En España, esta «audaz alternativa» no es algo anecdótico, sino un fenómeno en crecimiento. Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, en el país hay más de 3,3 millones de autónomos. Esta cifra ha ido en aumento desde 2014, sumando casi 300.000 nuevos trabajadores por cuenta propia en menos de una década. Estos números reflejan cómo emprender se ha convertido en una opción laboral relevante para una gran parte de la población, ya sea por vocación o por necesidad.

El perfil del autónomo español, según los datos actuales, se asocia mayoritariamente con hombres (63,6%), de mediana edad, y que llevan más de cinco años en su actividad profesional. Además, un aspecto clave es que la mayoría elige pagar la cuota mínima de cotización. Sin embargo, el colectivo de autónomos también incluye a más de 417.000 extranjeros que han encontrado en España una oportunidad para trabajar por cuenta propia.

Aunque lanzarse al mundo del emprendimiento puede sonar intimidante, el proceso administrativo para darse de alta como autónomo no es tan complejo como parece. A continuación, desglosaremos los pasos necesarios para entrar en este dinámico y desafiante grupo de profesionales, además de algunos consejos clave para evitar obstáculos comunes.

El primer trámite obligatorio es el alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social. Para ello, lo más habitual es dirigirse a la Tesorería General de la Seguridad Social y completar el modelo TA0521. Este documento sirve para formalizar tu afiliación como autónomo y registrar tu actividad.

Si prefieres realizar el trámite de forma online, puedes hacerlo a través de la sede electrónica de la Seguridad Social. Sin embargo, necesitarás contar con un certificado digital, cl@ve PIN o cualquier otro medio de firma electrónica reconocida.

Para los autónomos societarios (aquellos que gestionan una empresa), el proceso incluye un paso adicional: deben inscribir la empresa en la Seguridad Social para obtener un Código de Cuenta de Cotización. Además, deberán presentar el modelo TA.6 junto con el documento de Hacienda que acredite el Número de Identificación Fiscal (NIF) de la empresa. Este proceso asegura que tanto el autónomo como su negocio estén correctamente registrados.

Desde 2007, todos los autónomos están obligados a cotizar por contingencias profesionales, lo que incluye accidentes de trabajo y enfermedades laborales. Durante el alta, deberás seleccionar una mutua o entidad gestora que se encargará de cubrir estas eventualidades.

La Seguridad Social ofrece un listado actualizado de mutuas disponibles, junto con información detallada sobre las coberturas que ofrecen. Elegir la mutua adecuada es un paso importante, ya que será la encargada de gestionar cualquier posible incidencia relacionada con la salud en el desempeño de tu actividad profesional.

El siguiente paso fundamental es registrarte en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores de la Agencia Tributaria. Este trámite permite a Hacienda identificar tu actividad económica y determinar los impuestos que deberás pagar como autónomo.

Para ello, debes completar el modelo 036 de declaración censal, un documento que detalla aspectos clave de tu negocio, como la actividad económica que realizarás, tu domicilio fiscal y el régimen de tributación aplicable.

En algunos casos, puedes optar por el modelo 037, que es una versión simplificada del formulario. Este modelo es válido si cumples ciertos requisitos, como no actuar mediante representante, no ser una gran empresa y no realizar ventas a distancia.

Este paso puede realizarse de forma presencial en las oficinas de la Agencia Tributaria o a través de su sede electrónica, para lo cual también necesitarás un certificado digital.

Una vez completados los trámites anteriores, es necesario comunicar oficialmente el inicio de tu actividad económica. Esto se realiza en la Consejería de Trabajo de tu comunidad autónoma.

Este trámite asegura que tu centro de trabajo (ya sea una oficina, local o incluso tu propio domicilio) cumple con las normativas laborales y de seguridad correspondientes. Aunque en muchos casos este paso es más una formalidad, no debe pasarse por alto, ya que es obligatorio para que tu actividad esté completamente regularizada.

El último paso antes de comenzar a trabajar como autónomo es solicitar las licencias necesarias para tu actividad. Dependiendo del sector en el que trabajes y de la ubicación geográfica de tu negocio, las licencias pueden variar significativamente.

Por ejemplo, si planeas abrir un comercio físico, necesitarás una licencia de apertura expedida por el ayuntamiento. Si trabajas desde casa, puede que no sea necesaria ninguna licencia adicional, pero siempre es recomendable confirmar los requisitos legales específicos de tu actividad.

Algunas comunidades autónomas y municipios cuentan con procesos más ágiles que otros, por lo que es aconsejable iniciar este trámite lo antes posible para evitar retrasos.

Aunque los pasos descritos son relativamente sencillos, existen algunos obstáculos comunes que los autónomos pueden encontrar durante el proceso de alta:

  • Errores al completar los formularios: Los modelos TA0521, 036 y 037 requieren cierta precisión al rellenarlos. Un error en los datos puede retrasar todo el trámite.
  • Falta de certificado digital: Cada vez más trámites se realizan de forma electrónica, por lo que contar con un certificado digital es esencial.
  • Dudas en la elección de la actividad económica: Seleccionar el epígrafe correcto en el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) puede ser confuso para quienes no están familiarizados con la clasificación.

En estos casos, es recomendable buscar ayuda. Existen numerosos tutoriales en línea que explican cómo completar cada paso del proceso, pero si prefieres evitar complicaciones, puedes acudir a un asesor especializado

Muchos autónomos optan por delegar los trámites de alta en manos de un profesional. Un asesor puede guiarte en cada etapa del proceso, asegurándose de que todo se haga correctamente. Además, podrá aconsejarte sobre aspectos importantes como:

  • Elegir el epígrafe del IAE más adecuado para tu actividad.
  • Solicitar ayudas disponibles, como la tarifa plana de autónomos.
  • Determinar el régimen fiscal más beneficioso para tu situación.