La tarifa plana para autónomos es una de las medidas más populares implementadas por el gobierno español en los últimos años para fomentar el autoempleo y reducir el impacto económico inicial que supone convertirse en trabajador por cuenta propia. Esta política ha ayudado a miles de personas a dar sus primeros pasos como autónomos, ofreciendo una reducción significativa en la cuota que deben pagar a la Seguridad Social durante los primeros años de su actividad.

La tarifa plana para autónomos consiste en una reducción temporal de la cuota mensual que un trabajador autónomo debe pagar a la Seguridad Social. En lugar de calcular la cuota según los ingresos reales o sobre una base mínima establecida (como es habitual en el sistema de cotización para autónomos), la tarifa plana establece una cuota fija de 80 euros al mes durante el primer año de actividad. Esta cantidad es significativamente menor en comparación con las cuotas normales, que pueden superar los 300 euros mensuales.

Esta medida busca aliviar la carga económica inicial para los nuevos autónomos, facilitando el emprendimiento y creando un incentivo para que más personas se animen a lanzar sus propios proyectos o negocios. Aunque inicialmente fue vista como una medida temporal, su éxito y aceptación la han convertido en una política consolidada que sigue evolucionando con el tiempo.

La tarifa plana para autónomos fue introducida por primera vez en el año 2013 con el objetivo de estimular el emprendimiento y facilitar la creación de empresas. En ese momento, el país atravesaba una profunda crisis económica y el desempleo era elevado. La tarifa plana surgió como una solución para aquellos que, debido a las dificultades para encontrar empleo por cuenta ajena, decidieron lanzarse a la aventura del autoempleo.

Desde entonces, la medida ha experimentado varios cambios y ajustes para adaptarse a la evolución del mercado laboral y las necesidades de los trabajadores por cuenta propia. Lo que comenzó como una medida temporal, se ha consolidado en el tiempo debido a su gran acogida y al impacto positivo que ha tenido en el fomento del autoempleo en España.

Aunque en sus inicios la tarifa plana estaba disponible únicamente para jóvenes menores de 30 años, posteriormente se amplió para incluir a cualquier persona que se diera de alta como autónomo por primera vez, sin importar la edad. Además, se han incorporado distintas modalidades de tarifa plana para colectivos específicos, como personas con discapacidad o víctimas de violencia de género, con el fin de brindar un mayor apoyo a aquellos que enfrentan barreras adicionales para emprender.

Solicitar la tarifa plana es un trámite sencillo que se realiza en el momento de darse de alta como autónomo en la Seguridad Social. Al presentar el alta, el interesado debe indicar que desea acogerse a esta medida. Si se cumplen los requisitos establecidos por la normativa, la Seguridad Social aplicará automáticamente la reducción en la cuota mensual.

Es importante destacar que este proceso puede realizarse de manera presencial en las oficinas de la Seguridad Social o a través de su plataforma digital. Además, muchas gestorías y asesorías online también incluyen este trámite como parte de sus servicios, lo que facilita aún más el proceso para aquellos que prefieren externalizar la gestión de sus trámites administrativos.

Para poder beneficiarse de la tarifa plana en 2024, los trabajadores autónomos deben cumplir con una serie de requisitos establecidos por la normativa vigente. Estos son los principales:

  1. No haber estado dado de alta como autónomo en los dos años inmediatamente anteriores a la fecha de la nueva alta. Si el autónomo ya ha disfrutado de la tarifa plana en el pasado, este periodo se amplía a tres años.
  2. No ser autónomo colaborador. La tarifa plana está diseñada para fomentar el emprendimiento individual, por lo que aquellos que se den de alta como autónomos colaboradores no pueden acogerse a esta bonificación.
  3. No tener deudas pendientes con la Seguridad Social ni con Hacienda. Es fundamental estar al día en el cumplimiento de las obligaciones fiscales para poder beneficiarse de cualquier tipo de bonificación.

El nuevo sistema de cotización para autónomos, basado en los ingresos reales, entró en vigor en 2023 y trajo consigo importantes modificaciones en la tarifa plana. En 2024, los nuevos autónomos que se den de alta podrán beneficiarse de una cuota reducida de 80 euros mensuales durante los primeros 12 meses de actividad, sin importar los ingresos que obtengan durante ese periodo.

Después de este primer año, la tarifa plana se puede extender durante otros 12 meses, siempre y cuando el autónomo demuestre que sus ingresos netos se encuentran por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Para solicitar esta ampliación, es necesario presentar una declaración ante la Seguridad Social que justifique que los ingresos previstos seguirán siendo inferiores al SMI vigente.

Una vez transcurrido el periodo de bonificación de la tarifa plana, el autónomo pasará a cotizar según el nuevo sistema de tramos en función de sus ingresos reales, lo que implica que las cuotas variarán dependiendo de los ingresos netos obtenidos.

La pluriactividad es una situación en la que una persona trabaja simultáneamente por cuenta ajena y por cuenta propia. En estos casos, los autónomos tienen la opción de acogerse a la tarifa plana o bien optar por un descuento en su cotización durante los primeros años de actividad como autónomo.

La pluriactividad presenta diferentes escenarios:

  • Si el autónomo trabaja a jornada completa por cuenta ajena, puede solicitar una reducción del 50% en la base de cotización durante los primeros 18 meses. A partir del mes 19 y hasta el mes 36, la reducción pasa a ser del 25%.
  • Si el autónomo trabaja a tiempo parcial por cuenta ajena (siempre que sea más de media jornada), la reducción es del 25% durante los primeros 18 meses, y del 15% durante los 18 meses siguientes.

Estos descuentos ofrecen una alternativa atractiva para aquellos que combinan trabajos por cuenta ajena y propia, permitiéndoles reducir las cargas económicas mientras consolidan su actividad como autónomos.

Existen también bonificaciones especiales para colectivos vulnerables que desean emprender como autónomos. Aquellos que tengan una discapacidad igual o superior al 33%, así como las víctimas de violencia de género o víctimas de terrorismo, pueden acogerse a una tarifa plana ampliada.

En lugar de disfrutar de la tarifa plana de 80 euros durante solo 12 meses, estos colectivos pueden beneficiarse de esta bonificación durante 24 meses. Además, si sus ingresos siguen siendo inferiores al SMI tras los primeros dos años, pueden solicitar una ampliación adicional de la bonificación, pasando a pagar una cuota mensual de 160 euros durante los siguientes 36 meses.

Este tipo de bonificaciones busca ofrecer un apoyo adicional a personas que enfrentan dificultades adicionales en su vida y que pueden encontrar en el autoempleo una vía de inclusión y empoderamiento económico.

A pesar de la gran acogida que ha tenido la tarifa plana entre los autónomos, también ha sido objeto de críticas y controversias. Uno de los principales problemas que se han identificado es que muchos autónomos, al finalizar el periodo de bonificación, se ven incapaces de continuar con su actividad debido al aumento en las cuotas de la Seguridad Social.

Según datos oficiales, una proporción significativa de autónomos que se acogen a la tarifa plana acaba cesando su actividad una vez que deben empezar a cotizar según los ingresos reales. Esto sugiere que, aunque la tarifa plana facilita el inicio de la actividad, no siempre garantiza la sostenibilidad a largo plazo del emprendimiento.

Además, algunos expertos han señalado que la tarifa plana puede generar una distorsión en el mercado laboral, al incentivar a algunos trabajadores a darse de alta como autónomos sin tener un proyecto empresarial sólido, simplemente por aprovechar la reducción en las cuotas.