Ahorrar energía en la oficina mientras trabajamos se ha convertido en la actualidad en la prioridad de un gran número de empresas que persiguen ser sostenibles y ofrecer esta imagen de preocupación por el medioambiente a sus clientes, al mismo tiempo que ahorran costes.
Se ha demostrado que buena parte de la energía total que se consume en las oficinas se utiliza de manera ineficiente. Con algunas medidas sencillas puede revertirse esta realidad. Si las extendemos a la mayor cantidad de espacios de trabajo los resultados pueden ser más significativos.
Por eso a continuación, te mencionaremos siete sencillos consejos para ahorrar energía.
1. Cambiar el tipo de luces: Comienza a utilizar bombillas de bajo consumo, ya que son muy eficientes dentro de una oficina de trabajo. Estás ofrecen una iluminación mucho más limpia y que puede llegar a durar más tiempo que las bombillas normales. Otra opción, es utilizar un sistema de encendido y apagado por zonas (con sensores) y de esta forma utilizarás la luz solo cuando sea necesaria.
2. Buen mantenimiento de los equipos: Cuando no se hace un buen mantenimiento de los equipos que se usan, estos terminan consumiendo más electricidad. Así que es necesario tener en cuenta esto para que puedas ahorrar el consumo de ellos.
3. Controlar la climatización del espacio: Debes controlar la temperatura máxima de los aparatos (Por ejemplo, Se recomienda que en los meses de verano la temperatura para el aire acondicionado se sitúe entre los 24 y 26º C, y que en invierno no se superen los 21º C en la calefacción). También aprovechar la ventilación natural siempre que sea posible, apagar los aparatos eléctricos siempre que no se estén utilizando o también podemos instalar termostatos o un sistema de control del encendido y apagado de los aparatos de climatización.
4. Una tarifa adecuada para tu oficina: Conociendo el perfil de consumo que tienes podrás contratar a una empresa adecuada y una tarifa según esta información. Muchas oficinas pagan más de lo que consumen, así que podrás ahorrar conociendo tarifas que se ajusten a estas necesidades. Ten en cuenta esto para que los pagos sean menores a los que ya estás realizando en la oficina.
5. Tener en cuenta que electrodomésticos consumen más: Tener en cuenta que el frigorífico, por ejemplo, es el electrodoméstico que más energía gasta, ya que debe estar en continuo funcionamiento durante la totalidad de su vida útil, puede llegar a representar un 30% de la factura de la luz. La cafetera, un gran esencial en las oficinas, puede llegar a consumir más de 1 Wh, de hecho, según un informe de la OCU, la cafetera puede consumir tanta electricidad como un ordenador. Igual que el microondas, otro aparato muy necesario en cualquier cocina de oficina y esencial para todos aquellos que se llevan un tupper al trabajo. Si enchufarlo y desenchufarlo es un inconveniente, una buena solución es tenerlo enchufado a una regleta con interruptor, de modo que, cuando no se esté usando, se desconecte.
6. Ahorrar energía en los equipos informáticos: Tanto ordenadores, como impresoras, fotocopiadoras, faxes y resto de equipamiento de oficina pueden llegar a consumir hasta el 20% de la electricidad en una oficina. Entre todos ellos destacan los ordenadores, que, por su elevada presencia en las oficinas, son responsables de la mitad de este gasto energético.
7. Crear una cultura de ahorro de energía en la oficina: No vale de nada que utilicemos tecnologías eficientes si no se produce un cambio de mentalidad entre nuestros empleados. Los hábitos de los usuarios juegan un papel muy importante a la hora de ahorrar en una oficina y favorecen el uso racional de la energía. Por eso mismo, fomenta una serie de acciones como:
- Intentar eliminar el uso del papel.
- Reducir los consumos indirectos de energía, como plásticos y otros materiales de oficina.
- Apostar por el teletrabajo.
- Inculcar una cultura de empresa de consumo responsable.
- Potenciar la movilidad sostenible entre los empleados, utilizando transporte público, bicicleta o compartiendo el coche.