Existen muchas dudas a la hora de empezar a montar un negocio, y una de las principales dudas que surgen es si debemos darnos de alta como autónomo o dar de alta una sociedad.

Si estamos buscando la opción más económica, lo mejor es empezar como autónomo por varios motivos:

  • La tributación de un autónomo se basa en su beneficio, y comenzando por tributar un 19% de los mismos, siendo inferior al 25% que tributa una sociedad.
  • Los nuevos autónomos cuentan con una bonificación que les permite reducir su cuota de autónomo durante los primeros 12 meses. En este caso pagan 60€ en lugar de 290€. En el caso de una sociedad, debes figurar como autónomo societario y éstos no tienen derecho a la bonificación, teniendo que pagar 290€ desde el principio.

El punto 1 dejará de tener sentido en el momento que el beneficio supere los 20.000€ ya que en ese caso pasará al 30%, siendo éste más elevado que el 25% de las Sociedades.

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Sin embargo, si estamos buscando una opción más profesional y más segura es mejor empezar como sociedad aunque pueda suponer mayores costes de inicio.

No sabemos como va a funcionar el negocio y puede darse el caso de que surjan impagos o deudas pendientes. En ese caso, la forma de hacer frente a esos impagos es diferente si eres autónomo o empresa. En caso de ser autónomo, deberás responder ante esas deudas con tu patrimonio personal, presente y futuro. Es decir, que si alguna vez no puedes hacer frente a tus pagos, como la cuota de autónomos, los suministros de tus local, el pago de las mercancías, etc., los proveedores pueden saldar tus deudas con tus bienes personales.

En cambio, en las Sociedades Limitadas sí que hay una protección del patrimonio personal. La responsabilidad de los socios se reduce al capital aportado por cada uno de ellos. Así que si aportaste los 3000 euros necesarios para constituir la sociedad, solo arriesgarás ese capital, ya que la sociedad responde con sus propios bienes.

Por otro lado, es normal que quieras recurrir a financiación en algún momento de tu vida. Debes tener en cuenta que para un autónomo es mucho más difícil obtener financiación que para una Sociedad Limitada. Y es que la mayoría de los bancos les solicitan una mayor cantidad de avales.

Además, si buscas trabajar con grandes empresas, es necesario ser una Sociedad Limitada. Estas necesitan conocer la solvencia, garantía del suministro y otros datos que solo pueden saber si eres una sociedad ya que estos datos no se registran para los autónomos.

Por lo tanto, ser una SL te otorga mayor capacidad de negociación con entidades financieras y con grandes empresas.

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